Bitácora de viaje ....En búsqueda de la escala del lugar.

Terreno Taller 1: Valparaíso- Buenos Aires….

…. Ascendiendo por la escala del territorio….. De lo local a lo global.

En esta pagina intentaremos plasmar lo vivido en el terreno que nos llevó por tierras tan cercanas en escala local, casi vecinas, pero tan lejanas en escala global, con diferencias marcadas en lo que ha territorialidad, uso de recursos, idiosincrasia, formas de vida y cultura.

Partida:

Despegue desde la Región Puerto, región que posee redes comerciales y culturales que nos unen globalmente con otras regiones. Travesía desde la ascensión por la Cordillera de Los Andes, Subida Caracoles, Pampa Argentina

Viaje por la inexpugnable Cordillera, con sus cobertizos y altos cerros que se cierran ante el camino .Con la adrenalina alta cada vez que el Rápido o cualquier camión intentaba sobrepasar el eje del estrecho camino.

…. Vamos llegando a Mendoza……

Parada Nº 1

Rodoviario de la Ciudad de Mendoza…Región de Incubación.

La ciudad de Mendoza es la capital de la provincia del mismo nombre, capital, cabecera y único núcleo urbano.

Clima: Posee un clima árido y continental, con temperaturas que presentan gran oscilación anual, con precipitaciones escasas. Una particularidad que distingue y que le da identidad como lugar, es el llamado “sonda”, viento calido que nace desde la cordillera y que en su trayecto se entibia, provocando en sus habitantes letargo, mal genio y languidez, cosa muy propia del Mendocino.

En términos urbanos, en Mendoza observamos una ciudad con gran inversión en áreas verdes, muchas plazas, alamedas amplias, mucho tráfico y su centro con una gran oferta comercial. Restaurantes y bares con sus mesas en la calle, lo que da una imagen bohemia a la ciudad. Los servicios son la principal actividad económica de la ciudad. Servicios Turísticos relacionados con el monte Aconcagua y sus paisajes; además de comercio, especialmente para el chileno que busca un fin de semana en otro país.

Tour hacia Villavicencio:

Arribamos a Mendoza a eso de las tres de la tarde. Se veía poco movimiento. Es coincidencia quizás, pero cada vez que llegábamos a destino, la ciudad o lugar arribado se encontraba en descanso; esta vez no fue excepción.

Los vehículos que nos llevaron fueron dos, por la cantidad de turistas que éramos.

La ruta se llena de historia (de los vencedores) cuando la guía nos relata que este fue el paso por donde el ejército libertador se dirigió y consagró la “Independencia” de Chile. Los argentinos, mendocinos en este caso, tienen una capacidad oratoria increíble. La ruta histórica 82, es testigo de las reacciones encadenadas por el resultado del viaje a la Argentina.

En primer lugar le hacemos un cuestionario político sobre las pasadas elecciones argentinas para percibir como ha sido el resultado de estas, las que otorgaron el triunfo a la primera mujer presidenta de la Argentina, Cristina. El poder y sus nuevas transformaciones a lo insólito, pero siempre articulando y enraizando sus principios estructurales. Pareciera ser que cada vez que el capitalismo triunfa, el reino de la diferencia minorista debe hacerse cargo del marketing emancipatorio del hombre.

Largo trecho es el que separa la localidad de Villavicencio de Mendoza, pero al virar a la izquierda por un camino de tierra, de inmediato se logra notar la diferencia. El espacio nuevamente se encapsula entre los cerros, dando una imagen que nos es más familiar, como en Chile, pensando siempre en las comparaciones inevitables. Pasamos por la casa de los guarda parques, los que no se hallaban, así que era como un museo fantasma donde se mostraban las especies existentes en el territorio protegido. Luego al fondo, en un corral bien protegido, dos Guanacos, con hambre al parecer. Después divisaron nuestros compañeros a un zorro furtivo que escapaba de los invasores ocultándose en los matorrales.

De vuelta al bus para ascender por una ruta al borde del abismo, en una ascensión que llegó a los 1200 msnm, para luego contemplar la belleza del lugar para quedar extasiados ante la opulencia del paisaje, con cactáceas luciendo su mejor tesoro, y el profesor Luís tratando de descifrarlo.

El frío nos obligó a bajar pronto. Una nube intrusa quería acercarse lo mas posible, así que comenzaba a bajar la sensación térmica, acompañado de una llovizna minuciosa.

La conversación de bajada, amenizada por la Bersuit –grupo argentino musical-, giró en torno a los proyectos inmobiliarios y los capitales extranjeros. Quedó demostrado definitivamente que los argentinos son muy nacionalistas, ya que ven la inversión de afuera como una forma de invasión. En cierta forma tienen razón ya que los beneficios de esos negocios no quedan en el lugar que son explotados, sino que sus riquezas son confiscadas por los privados extranjeros y nacionales.

De camino a Mendoza, nos encontramos con la fabrica de cemento, alejada de la ciudad; también con el centro de procesamiento de aguas servidas, y Danone junto con la embotelladora de agua mineral; todas ellas actividades económicas que hoy están en manos de privados, lo que afecta en primera instancia a la visión que tiene el habitante de su gobierno. Un ultimo dato es que a Menem mejor ni mencionarlo; la reacción no se hace esperar, casi te matan.

Parada, después de varias vueltas, cerca del hotel, en Mendoza.

En la noche, un rico bife chorizo nos sacó las ansias de probar la famosa carne Argentina; y la verdad, los comentarios son reales, por poca plata un gran festín. A dormir.

Siguiente salida, hora siete de la mañana hacia San Luís desde rodoviario de Mendoza.

El bus salio tarde, casi se queda un par abajo, pero salimos. Alcanzamos a viajar media hora y parecía que nuestro destino era San Martín, pero no, un desperfecto en el bus que nos hizo esperar mas de una hora hasta que llegara otro bus, el que nos llevó de nuevo por la ruta a San Luís. Por si fuera poco, quedamos otra vez varados, pero esta vez en medio de la pampa, con calor, aburridos, así que había que hacer algo para matar la abulia. Lamentablemente Poeta estaba de cumpleaños, y se llevo el mejor malteo, con chuleta incluida y caída del profesor. Así se hizo mas llevadera las casi dos horas de espera, hasta la llegada de un bus Andesmar que nos llevo por fin a San Luís. Del camino no hay mucho que decir, kilómetros y kilómetros de recto camino, con la pampa imperturbable de marco.

Llegada a San Luís:

Quedamos sorprendidos ante la belleza del lugar en Las Higueritas, los niños no aguantaron las ganas de un piquero en la piscina, y las cabañas súper bien equipadas. Este lugar esta ubicado en un sector llamado El Volcán, se encuentra a 26 kilómetros de la ciudad de San Luís, rodeado de cerros, y harta vegetación. Se aprecia una valorización relativamente nueva de los terrenos,

ya que existen gran cantidad de parcelas con sendas casas o proyectos residenciales bien cerrados, aislados del resto de las viviendas. Para nosotros es algo así como Bosques de Montemar, aunque existen manchones de antigua residencia y actividad, se ve que el lugar ha sido modificado por la oferta inmobiliaria y la actividad turística, lo que provoca una estandarización de los paisajes, aunque esté en otro lado del mundo, como consecuencia de la globalización de los territorios. Este fue nuestro hogar y centro de operaciones en los próximos tres días.

Tercer dia:

Parque Nacional Las Quijadas:

Como a las siete de la mañana nos pasa a buscar al sector de las cabañas el guía que habíamos contratado el día anterior en San Luís, recomendado por un vendedor de pasajes del rodoviario de San Luís. Luciano, más conocido como che Luciano, llegaba en un bus que cuando lo vimos nos preguntamos si tendríamos nuevamente un seminarios del territorio Argentino en medio de la pampa a 30 grados de calor. Pero no fue así. Llegamos sin novedad, después de kilómetros de más pampa, a la entrada del parque donde por ser extranjeros nos cobraron 20 pesos en vez de 14, como se cobraba a los estudiantes.

Al momento de comenzar a entrar ya se aprecia el cambio, el color de la tierra, la huella de la erosión, el aumento de las especies cactáceas, y el terreno comienza a ganar altura para dar lugar a las estructuras que veremos mas adelante.

Al bajarnos y comenzar el recorrido por una ruta ya bien estructurada, las recomendaciones de no destruir y mantenerse juntos y atentos fue lo principal. Punto aparte merece la intervención de che Luciano, guía y conocedor del lugar desde mas de 15 años, según sus propias palabras, este era su hogar y como no si lo conocía al dedillo. Su oratoria nos llevó 200 millones de años a tras y nos entregó la fotografía que jamás podremos tener, el cómo se formó esta monumental formación rocosa.

Este hermoso y especial lugar tiene la huella de millones de años, de sucesiones de fenómenos que le dieron la imagen que hoy podemos ver, y que a través de las palabras del guía podemos conocer, parte de la morfología y de las historias que le dieron el nombre a este parque.

Un merecido homenaje se celebró en una de las paradas, apreciando la inmensidad del paisaje, el profe Álvarez se refirió a los proyectos que inspiraron al profesor Figueroa y que trajeron a estos parajes. Imagino caminando, con su ceño fruncido, sin dejar que ni el sol ni el cansancio se interponga en su trabajo, concentrado en las paginas de algún libro escrito en francés que le ayude a explicar mejor lo que conoce como la palma de la mano, la geomorfología. Nunca serán demasiados los homenajes para nuestro querido profesor Hugo, siempre estará presente, porque es parte de la formación de cada uno de nosotros, y es el motor que nos trajo hasta aquí, de corazón gracias profe, por su generosidad y entrega.

Después de este momento de sensible y merecido recuerdo, el tour continúa.

Nos acercamos por el río hacia el final del cajón. Había llovido hace dos días, pero las condiciones de sequedad hacen que el agua, que es muy escasa, se evapore y escurra, ya que la calidad de la tierra en extremo porosa, no retiene el agua, lo que aumenta la erosión, que se aprecia en cada cerro y partes del camino.

La flora no es muy numerosa, existiendo unas pocas especies de cactáceas y otro poco de arbustos, una planta parasita que no supimos nunca su nombre. La sequedad del lugar no da para más; aún así, de lejos, los cerros se ven coronados por una especie de peluquín de vegetación, apreciando sus paredes desprovistas y expuestas a la erosión y el viento que han esculpido las formas del parque durante cientos de millones de años.

La vuelta no fue fácil, pues las altas temperaturas cobraron a más de una victima con insolación, y el resto una merecida guerra de agua en los baños.

Hacia San Luís, al pasar cerca del parque, nos encontramos con un sector que posee vestigios de pueblos aborígenes; uno de los pocos que existen, ya que en Argentina el indio fue casi exterminado en pos de la colonización del europeo.

La vuelta, unos a la ciudad, otros a la piscina, un día hermosos; mañana habrá más.

Cuarto día:

La Carolina….al encuentro con el lugar.

Como a las ocho de la mañana llegó el bus a buscarnos. Esta vez el destino era un pueblo pequeño, homogéneo, con una identidad marcada y sólo a ochenta kilómetros de nuestro refugio, como le había sugerido el profesor a Luciano un día antes en la oficina casa que tenía este en San Luís. Carolina al parecer reunía todos los atributos antes descritos, así nos dirigimos temprano en su visita.

El camino es diametralmente distinto al del parque del día anterior ya que viajamos por una ruta en que los cerros a lo lejos nos marcaban la dirección. La Carolina es un pueblo minero desde antaño. El oro era el imán que a trajo a casi 1700 personas alimentadas por la esperanza de hacerse ricos, aunque la real riqueza la poseen los pueblos a través de su gente y de cómo perpetúan las costumbres y formas de vivir.

Así fue como llegaron capitales ingleses buscando ese oro, dejando casi sin historia las faenas y la vida del minero ya que no hay registros de cómo realizaban su trabajo. Con todo, en el tour que realizamos dentro de un pique de casi 300 mts, el guía nos explicaba datos de épocas pasadas y de la esforzada vida del minero, que esta llena de enfermedad y muerte en cualquier lugar del mundo donde se realice esta actividad.

Pero el tour no era la finalidad de esta visita, el objetivo central era encontrar el lugar, tema central de nuestro trabajo. Como instrumento usamos nuestro poder de observación, sumado a una entrevista que grabamos a una habitante antigua del pueblo. Pudimos apreciar que en el tema de las escalas, los pueblos pequeños poseen una fragilidad extrema, ya que si su única actividad se muere, el pueblo esta condenado a morir también. En el caso de la Carolina, ya casi nadie vive de la minería, porque como todo recurso natural, se agota. Así es que los pocos habitantes que han quedado tratan de sobrevivir buscando otras maneras de subsistir. De esta manera llegó el turismo al pueblo, como una iniciativa apadrinada por el estado, construyendo un museo, en memoria de un personaje importante en la historia de Argentina, que nació allí, y promocionando la construcción de sus casas y las visitas a los piques vacíos que antes dieron sustento a sus habitantes.

La venta de artesanías es una de las pocas actividades comerciales que existen, pero muchos de los comerciantes y trabajadores de estas actividades, como pudimos evidenciarlo a través de las entrevistas, no son del pueblo, de manera que no queda nada como ingreso real para sus habitantes.

Podemos entender que las migraciones están marcadas por la falta de oportunidades en el lugar, la interdependencia entre trabajo y poblamiento de un lugar o su abandono es un tema que incumbe a la geografía desde su nacimiento, ya que son estas, las migraciones las que van esculpiendo la morfología demográfica de un país. El redescubrimiento de la dimensión local cobra así un nuevo significado, pues la globalización no se entiende sin los lugares que son condición y soporte de las relaciones globales. (Santos, 1996). Se asiste al nacimiento de un nuevo localismo globalizado, el mismo que vimos en El Volcán, es decir sistematizado y racionalizado, en el que se desarrolla una sociedad globalmente local, que es preciso analizar desde una perspectiva geográfica.

Siguiendo a Santos, se considera al lugar como “el espacio del acontecer solidario”, de forma tal que cada lugar a su manera es el mundo, por tanto se puede definir también un lugar como “una parte del mundo social en donde la gente vive, trabaja y se socializa”( Estebanez, 1995). Según estos conceptos, cuando miramos a La Carolina, dejando de lado la explicación de la guía, podemos ver un pueblo muy desolado, donde su principal fortaleza e identidad se encuentra en los muros de las casa construidas enteramente de piedras, antiguas, resistiendo los embates no solo del tiempo, sino de los sistemas económicos y políticos, de los cuales son dependientes como cualquier poblado.

Carolina tiene un gusto a pueblo apacible de día domingo, pero tras esa tranquilidad esconde un posible futuro sin identidad real. Esto se nos ejemplifica a través de la entrevista que le realizamos a una habitante de la Carolina. Nos damos cuenta que es un mundo pequeño en extinción, ya que son los viejos prácticamente los que habitan el pueblo, pues la gente que se dedica al turismo no vive allí, y da para pensar que cuando estos viejos se mueran, se morirá también la identidad del lugar. Existe una especie de contradicción, al salir de la mina, pensamos que el museo era en homenaje a tantos hombres que dieron su vida buscando el mineral, pero con sorpresa al entrar, era todo para homenajear al personaje ilustre del pueblo. Pensamos que una forma de afianzar la identidad es reconocer lo real, lo que de verdad nos identifica con el lugar donde nacemos o amamos. Esta actitud deja entrever las contradicciones entre sobrevivir y permanecer; con el turismo La Carolina sobrevive a los embates del tiempo, al valorar mas sus gentes, sus casas, su esfuerzo, sus mártires y su tiempo de gloria permanece y se valoriza a sus propios habitantes para darle valor al lugar desde una escala local y no global. El valor de un villorrio o un pueblo está radicado en las costumbres, hábitos y paisajes que posee. Quizás el turismo mirado desde la óptica globalizante, no es la manera más adecuada para preservar y/o conservar la impronta valiosa de La Carolina, a saber, su gente.

Algunas imágenes de la Carolina…..

Antigua casa de adobe

Cerro Tomolasta

Don Roberto, nacido en la Carolina

Casa de piedra tradicional del pueblo

La foto del equipo minero al cuete, el tour por el pique en La Carolina.

Dentro del pique la oscuridad, la humedad, lo hostil del entorno nos hacen meditar acerca de los sacrificios de los ancestros de este lugar, Toda una vida esculpida en el pique, que muchas veces no superaba los 30 años, muriendo muy jóvenes, derrotados por un derrumbe o por las enfermedades asociadas a esta actividad.

Nos encontramos con una linda capilla. El campanario de esta, data de 1732. Se puede apreciar lo antiguo de su construcción.

Hasta aquí llega nuestro viaje. Ya encontramos el lugar, su valor y su gente. Fuimos desde lo mas inconmensurable, como es la pampa, explorando en una escala pequeña, de 1/1.000.000 a una escala grande, para encontrar el lugar tan grande como para que nos permitiera dimensionar con detalle, en un zoom, hacia el interior de cada habitante, para entender la dimensión del lugar, para proyectar y preservar las formas de vida que allí se dan, ya que sin una escala local, no puede existir la escala global.

Grupo Manque……… de vuelta por la cordillera, en las alas del cóndor.